Gabriel Salcedo
Entiendo que diariamente cometemos violencia hacia nosotros mismos, vamos matando poco a poco nuestra esencia al ceder a las pretensiones externas de ser como deberíamos ser o al como se espera que seamos. De esta forma abandonamos, marginamos, callamos y descuidamos ese ser que sí necesita nuestra atención: nosotros mismos.Seguramente, responder a esas necesidades nos haga colapsar con las pretendidas expectativas ajenas, y podemos caer en la adaptación emocional y disfrazarnos de un falso yo. Lo único que puedo asegurar es que si mantengo por mucho tiempo esa adaptabilidad y fórceps emocional, terminaré queriendo quitarme la vida, porque es una vida que no me queda bien, que me genera angustia.Parece que en la vida tenemos eternas deudas que nos imponen o nos imponemos y dejamos todo, literalmente todo, para pagarlas. Yo no es necesario. Es tiempo de recuperar nuestra vitalidad, nuestro tiempo, nuestras emociones y el sentido de nuestras vidas; no allá afuera y en los demás, sino es uno mismo, es la esencia de la cual fuimos creados. No es fácil la tarea, pero es necesario comenzarla. de otra manera, seguiremos la vida de otros.Las palabras, historias y reflexiones de este libro están dedicadas a quienes desean permitirse-y permitir a otros- ser frágiles, porque se vale. 10